Una expedición botánica del Jardín Botánico de Vallarta descubrió los restos del vuelo 229 de Aeroméxico, que se estrelló en la serranía costera jalisciense en junio de 1973. El avión, un McDonnell Douglas DC-9, cobró la vida de 27 personas.
El 20 de junio de 1973, el vuelo 229 despegó de Houston con dirección a la Ciudad de México, con escalas en Monterrey y Puerto Vallarta. Sin embargo, a las 22:47 horas, el avión se impactó en la ladera de una montaña, a 37 kilómetros del aeropuerto de Puerto Vallarta.
La investigación determinó que la aeronave no redujo la velocidad durante el patrón de descenso, lo que causó el accidente.
Ahora, 51 años después, los biólogos hallaron restos de la aeronave en la zona montañosa entre Puerto Vallarta y Cabo Corrientes, incluyendo:
– Un motor
– Parte del fuselaje
– Objetos personales
Estos restos, olvidados durante cinco décadas, recuerdan la mayor tragedia aeronáutica en la región del Pacífico Central Mexicano.
El hallazgo es un recordatorio de la importancia de la seguridad aérea y la necesidad de preservar la memoria de las víctimas de este trágico accidente.
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