Decenas de transportistas se manifiestan en el kilómetro 40 de la carretera Guadalajara-Colima exigiendo mayor seguridad en las vías, mientras enfrentan el aumento del combustible, el alza en el peaje y el deterioro de los caminos.
A pesar del anuncio del Gobierno federal sobre la suspensión del paro programado para el 5 de febrero, la protesta continúa, liderada por la Federación Mexicoamericana de Transportistas (Fematrac).
Jaime Camarena, delegado de la organización, destaca la inseguridad en las carreteras de Jalisco como motivo central de la movilización, mencionando la posibilidad de una movilización pacífica.
Los transportistas, alrededor de 75 participantes, insisten en la necesidad de medidas urgentes para garantizar la seguridad en las carreteras, especialmente en zonas críticas como el Macrolibramiento y las vías a Chapala, Lagos de Moreno y Tepatitlán, donde los incidentes de robos y agresiones a los operadores son frecuentes.
Según la Confederación de Cámaras Industriales (Concamin), las carreteras mexicanas experimentan 1.6 delitos por hora, concentrándose más del 80% de las incidencias en seis entidades, incluyendo Jalisco.
La protesta, inicialmente planteada como un paro, se mantiene en el kilómetro 40 con la posibilidad de una movilización adicional sin afectar a los automovilistas, según el acuerdo con el Gobierno del Estado.
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